Astrales Christina 2020

La campaña anterior terminó con un tiempo caluroso, apareciendo las primeras heladas de forma tardía hacia finales de noviembre. Después, el invierno y primavera vinieron con temperaturas más elevadas de lo normal, hasta el mes de junio donde se moderaron. En este amplio período de tiempo, las precipitaciones fueron las habituales, siendo muy intensas en el mes de abril. Todo esto trajo como consecuencia el adelanto en
una semana de la brotación y posterior desarrollo del ciclo vegetativo, y con casi total ausencia de las temidas heladas primaverales. La cosecha entonces prometía ser abundante,
aunque posteriormente hubo algo de corrimiento en los frutos recién cuajados, que ocasionó una ligera merma de cosecha y en consecuencia una mejora de la calidad de los frutos.

Agosto y septiembre, meses clave en la maduración de la uva, fueron en general cálidos y secos, con alguna tormenta dispersa que refrescaron los viñedos, consiguiendo una vendimia adelantada en una semana, resultando equilibrada y de muy buena calidad.