Astrales 2021

El comienzo de invierno fue frío y duro, especialmente en el mes de enero, donde la borrasca “Filomena” azotó el país con copiosas nevadas y temperaturas cercanas a 12º C bajo cero. Estos fríos afectaron poco a los viñedos que por entonces se encontraban en parada vegetativa, aunque se congelaron algunas yemas dormidas, pero el manto de nieve permitió acumular una buena reserva de agua en el subsuelo. También estos fríos ocasionaron en un retraso de fecha de brotación del viñedo, transcurriendo la primavera con buen tiempo, lo que se tradujo en una excelente vegetación y floración del viñedo, con una buena muestra de racimillos de flor. El comienzo de verano fue irregular, alternando frío y calor, seguido de una notable sequía y una importante ola de calor hacia finales de agosto, que asuró algunos racimos en maduración, mermando algo la cosecha. Gracias a las importantes reservas de agua del invierno acumuladas en el suelo en profundidad, nuestros viñedos no sufrieron apenas estas condiciones extremas, madurando la uva en excelentes condiciones, con una cosecha más corta que lo normal por los fríos del invierno y el calor del verano, obteniendo un fruto de calidad excelente, por su
concentración aromática y riqueza polifenólica en las uvas.